En el video, Lionel Messi habla de su pasión por el juego de futbol de Play Station, el Pro Evolution Soccer (PES), en donde muestra estar sorprendido por ver que aparece y como a través del avance de la tecnología se puede captar no solo su aspecto físico, sino también los movimientos que el ejecuta a la hora de jugar un partido en la vida real.
Messi, como tantos otros jugadores de futbol, es un fanático más de este videojuego que atrapa y forma parte de las vidas, de las culturas de millones de personas en todo el mundo. Digo que pertenece a las culturas porque esta presente habitualmente, en la rutina de cada persona que se entretiene con este producto, que se consume en todas partes y es de los más conocidos y jugados.
Denominando al PlayStation como un producto mediático que se encuentra en todas partes del mundo, podemos decir que forma parte de la globalización. John B. Thompson, piensa la globalización a partir de tres puntos fundamentales, en donde las actividades tienen lugar en un territorio global o próximo a serlo, están planificadas en escala global, y están localizadas en diferentes partes del mundo pero con la misma configuración. Expectativas con las que este videojuego cumple. Este escritor, en uno de los capítulos de su libro “Los media y la modernidad” dice: “Una característica central de la globalización de la comunicación es el hecho de que los productos mediáticos circulan en una arena internacional”.
Ahora bien, esta implementación de la tecnología adquirida de otros países, la podríamos llamar en términos de Schiller con su tesis del imperialismo cultural, una “invasión cultural”, pero no tan extremista, como bien dice Thompson en la justificación de que es una teoría incierta, todas las personas somos receptores heterogéneos y activos, lo cual no se podría decir que nuestra cultura está totalmente desdibujada por los consumos que tenemos del exterior, pero en parte si.
Hoy en día, al existir juegos como este, no hace falta esperar a un partido para disfrutar de lo que puede llegar a hacer un ídolo en la cancha. Ahora, en cualquier momento uno se puede poner en el lugar de el, lo que se podría decir “en sus botines” y manipular sus movimientos a través de un joystick.
Lautaro Ocampo
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